Una de las situaciones más cotidianas para unos padres es lidiar con los enfados de su hijo/a.
"Cuando le digo que tiene que comerse las verduras empieza a gritar y patalear" "Suele romper cosas y pegar portazos cuando le digo que no puede hacer algo".
¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a tolerar mejor la frustración? ¿Cómo podemos ayudarles a calmarse cuando no entienden una situación?
Un recurso realmente útil son los cuentos. A través de ellos podemos llegar con mayor facilidad a nuestro hijo. Cuando le contamos un cuento con el que se puede identificar, "mamá esto es lo que me pasa a mi cuando me enfado", se siente comprendido y le ayudamos a entender mejor que es lo que le está pasando.
Para trabajar este tipo de situaciones el libro "¡Vaya rabieta!", "Quina rebequeria!" en catalán, de Mirelle d'Allance nos puede ser de utilidad.
El protagonista del cuento tiene un mal día, y a la hora de cenar se enfada mucho con sus padres. Cuando se va a su habitación, nota como algo rojo le empieza a crecer dentro de él, hasta que lo expulsa por la boca. Es un monstruo de color rojo, su rabieta, que decide destrozar la habitación. Cuando Roberto se da cuenta intenta hacerlo más pequeño hasta que consigue meterlo dentro de una caja azul.
¿Qué objetivos trabajamos?
- Ayudarle a reconocer la sensación de rabia.
- Hacerlo consciente de que es una sensación negativa.
- Enseñarle a controlar esta emoción y darle alternativas para expresar su malestar.
- Potenciar sus habilidades para expresar emociones.
- Interrumpir la rabieta para que no vaya en aumento.
Material necesario:
- El cuento.
- Hojas de color rojo, puede ser otro material de color rojo que pueda romper.
- Caja de color azul.
- Colores y materiales para decorar la caja.
¿Qué podemos hacer?
Podemos contarle el cuento con la finalidad de que se sienta identificado. Una vez contado le proponemos hacer lo mismo que ha hecho Roberto. Le planteamos la idea de tener los papeles de color rojo para simular el monstruo de la rabieta y le proponemos decorar la caja donde va a meter los papeles.
Una vez está todo preparado, podemos hacer una simulación para asegurarnos que ha entendido lo que debe hacer. El objetivo es que, cuando se enfade, coja uno de los papeles rojos y lo haga lo más pequeño posible, incluso puede llegar a romperlo, con el fin de meterlo en la caja azul. Al principio será necesario que le recordemos que tiene este recurso, e incluso deberemos acompañarlo, pero poco a poco observaremos como va implantándolo a sus estrategias.
Una vez esta utilizando el recurso, cuando rompe el papel, le podemos reforzar verbalmente "muy bien, intenta hacerlo más pequeño, corre".
A continuación os presento un ejemplo de una posible situación.
A - Mamà, ¿puedo comerme un helado?
M - Ahora no Ana, primero tenemos que cenar.
A - Papà, ¿me lo puedo comer?
P - Mamà ya te ha dicho que no
(Inicio de la rabieta)
M o P- Vamos Ana, corre a buscar un papel rojo. Muy bien, un poco más pequeño. Perfecto, lo has conseguido meter en la caja a tiempo.
Es muy importante que coloquemos el material en un lugar disponible para él y que no tenga que pedirlo, ya que comprometemos su efectividad.
El medio mejor para hacer buenos a los niños es hacerlos felices.
Muy interesante, lo pondré en practica
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