Actualmente existe
una detección excesiva de problemas atencionales, tanto en las aulas como en
los hogares. Esto conlleva a que se produzca un sobrediagnóstico, que en ocasiones
puede perjudicial para el niño. Para evitar este sobrediganóstico, es
importante conocer más a fondo los problemas atencionales, por lo que en este
post se intentarán aclarar algunas dudas.
¿Qué es la
atención?
La atención es
una función cerebral superior que nos permite:
- Mantener un estado de alerta.
- Atender a los estímulos relevantes e ignorar los que no lo son.
- Centrarse en una tarea.
- Tener en cuenta las instrucciones para ejecutar una tarea.
- Preparar respuestas adecuadas.
- Mantener la atención en alguna actividad un tiempo prolongado.
Ya sabemos que
la atención es un requisito necesario para el proceso de aprendizaje, por lo
que si un niño no controla su atención podemos decir que no aprende
adecuadamente. Las principales características que presentan
los niños con alguna dificultad en esta área son:
- No atienden en gran grupo.
- No reciben la información relevante.
- No retienen las instrucciones para realizar las tareas.
- Cometen errores en las actividades, a pesar, de haber comprendido lo que debían hacer.
- Se distraen con mucha facilidad y prestan más atención a estímulos no relevantes.
- Les cuesta atender a varios estímulos a la vez.
- No son capaces de mantener la atención durante un tiempo prolongado.
Factores que
pueden estar influyendo en la falta de atención de nuestro hijo:
- Bioquímica cerebral→ algunos niveles bioquímicos cerebrales pueden influir, como los neurotrasmisores, los niveles de hierro, zinc o glucosa.
- Patrones de sueño o alimentación inadecuados→ influyen de manera negativa un sueño nocturno insuficiente o por acudir a clase sin un desayuno adecuado.
- Estimulación previa a las horas de clase→ ver la televisión o jugar a videojuegos antes de ir a clase sobreestimula a los niños, lo que dificulta que en clase presten atención e impide que encuentren atractivas las tareas escolares.
- Alteraciones emocionales→ los cambios en el contexto familiar, el estrés por exámenes, problemas con los amigos o dificultades a la hora de realizar una tarea pueden afectar a la capacidad de concentración.
- La estimulación en el aula→ influyen negativamente un aula sobrecargada de estímulos, poco estructurada, ruidosa o con frecuentes interrupciones.
En el siguiente
post veremos cómo podemos estimular la atención de nuestros hijos con el
objetivo de mejorar algunas de las dificultades mencionadas con anterioridad.
-Andy Warhol-
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